Cada año, más de 1.5 millones de visitantes eligen pasar sus vacaciones en La Romana-Bayahíbe, un destino turístico tradicionalmente concurrido por italianos, rusos y ucranianos. Sin embargo, la incertidumbre derivada de la pandemia del covid-19, la guerra ruso-ucraniana y el descenso de los viajes desde Europa ha puesto a los hoteleros de la zona a trazarse un nuevo objetivo: promocionar el destino entre los estadounidenses.
El presidente y la directora ejecutiva de la Asociación de Hoteles La Romana-Bayahíbe (AHRB), Andrés Fernández y Ana García-Sotoca Pascual, respectivamente, coinciden en que luego de la pandemia ha habido una tendencia de balancear la oferta turística, dando paso a la instalación de marcas hoteleras estadounidenses.
Ejemplo de esto ha sido el hotel Hyatt, con su marca para adultos Dreams Dominicus –que opera tras la adquisición la cadena AMResorts– y su marca familiar Sunscape Dominicus –antiguo hotel Be Live Canoa, comprado al español Grupo Globalia–.
Esto, sumado al Hotel Casa de Campo —tradicionalmente enfocado a los turistas estadounidenses con su segmento de golf–, busca aumentar la concentración del mercado americano en un destino que ofrece 5,800 habitaciones hoteleras, con una ocupación que promedió el 86 % en el primer semestre de este año, según el Ministerio de Turismo (Mitur).
“El haber buscado un balance en cuanto a la propiedad hotelera también nos está llevando a buscar un balance en cuanto a los mercados. Si antes teníamos 70 % de mercado europeo y 30 % de mercado americano, ahora tenemos 50-50”, aseguró Fernández.
Esto es relevante en un contexto en el que la llegada de pasajeros a La Romana desde Estados Unidos ha recobrado fuerzas ante la caída de los arribos desde Rusia y Ucrania, en conflicto bélico desde hace tres años.
“Una vez que en el 2022 llega la guerra termina la operación con Anex Tour, el mayor turoperador de ese mercado. Esa operación suponía casi el 45 % del negocio del aeropuerto, con lo cual el impacto fue duro”, explica Fernández.
Y es que previo a la pandemia, en el 2019, el Aeropuerto Internacional de La Romana registró el arribo de 111,966 pasajeros rusos, que representaron el 56.05 % de los 199,747 extranjeros no residentes que ingresaron al país por esa terminal.
Esta cifra se redujo a solo 94 en el 2024 y a 18 en el primer semestre del 2025, según datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD).
En cambio, los turistas estadounidenses representan ahora el el 24.37 % de los 66,788 pasajeros que ingresaron en total a esa terminal en el primer semestre del 2025, con 16,282 pasajeros, para un repunte de 492.5% respecto a los 2,748 que llegaron en los primeros seis meses del 2024, y un 90.9 % más que los 8,525 pasajeros que llegaron durante todo el 2019.
Esto gracias a que la terminal ha logrado incrementar su conectividad con Estados Unidos, tanto a través de nuevas rutas aéreas –como la entablada por American Airlines desde y hacia Miami–, como a través de mayores vuelos de conexión.
“Queremos seguir fortaleciendo el mercado americano, ese es uno de nuestros principales objetivos. Mantener los mercados actuales y sobre todo, ver cómo vamos mejorando el producto que tenemos”, agregó García-Sotoca, quien resaltó que representantes hoteleros en la zona van a estar promocionando el destino en varias ciudades de Estados Unidos, algo que se viene haciendo desde el año pasado.
En cuanto a las llegadas marítimas, el presidente de la Asociación de Hoteles La Romana-Bayahíbe explica que el puerto de La Romana ha sido beneficiado con la llegada de líneas navieras británicas que han instalado sus rutas allí, luego de salir de Barbados –que era uno de los principales competidores caribeños en el segmento de cruceros– tras haber dejado de formar parte de la mancomunidad británica.
A esto se añade la operación de la naviera italiana MSC Cruises, que entrará en operaciones a partir del invierno del 2026, atracando todos los lunes en La Romana y todos los martes en Isla Catalina, garantizando una frecuencia semanal que podría aumentar significativamente la llegada de visitantes.
En el primer semestre de este año, La Romana atrajo el 12 % del total de visitantes que anduvieron por el país en ese período, totalizando 203,287 cruceristas, según datos del Mitur.
La vigencia y atractivo de La Romana como destino se mantiene, a juicio de los hoteleros, en la amplia oferta complementaria que puede ofrecer.
El golf y el turismo de convenciones son, para García-Sotoca, dos de los segmentos más robustos después de la oferta de soy y playa y la del turismo de lujo, del que La Romana es pionero.
Pero esta demarcación también es un preferida por sus visitantes para celebrar sus bodas, realizar buceo y elegir actividades de ecoturismo, con las islas Saona y Catalina y la Cueva Padre Nuestro, como sus principales destinos.
La Romana-Bayahíbe es uno de los pocos destinos cuya oferta de sol y playa se mantiene impoluta ante una problemática que afecta cada vez más al turismo: el sargazo.
De acuerdo a Fernández, la ubicación geográfica y la protección natural que ofrece la isla Saona, cuyas corrientes de agua desvían las algas hacia otros lugares, hacen de Bayahíbe una alternativa cada vez más elegida por los turistas.
“Somos un destino libre de sargazo, lo cual está haciendo que cadenas que tienen hoteles en Punta Cana-Bávaro como Iberostar, Catalonia o Hyatt, muchos clientes que se sienten inconformes con la zona de playa que tienen sus hoteles, que tienen mucho sargazo y piden que les cambien (de hotel), la mejor opción que tienen es en Bayahíbe”, apuntó Fernández.
Aunque actualmente los hoteleros romanenses están más enfocados en mantener la calidad de las playas y prevenir la erosión de sus arenas que en el sargazo en sí, García-Sotoca confía en que la experiencia de los destinos vecinos en la mitigación de estas algas sirva de conocimiento aplicado en caso de que La Romana-Bayahíbe deba en algún momento, prevenirla.
Al igual que el resto de los polos turísticos, La Romana se enfrenta a tres grandes desafíos: la falta de un plan de ordenamiento territorial de parte del Gobierno, la preservación del agua como uno de sus más importantes recursos naturales y la gestión integral de residuos sólidos.
“A falta de un plan de ordenamiento, nosotros internamente tratamos de que el crecimiento (turístico) esté orientado desde la parte privada, desde el clúster”, enfatizó Andrés Fernández, quien aseguró que cada hotel ha hecho lo mejor posible para poner en marcha iniciativas que permitan, de igual manera, administrar el agua y mitigar los residuos que producen.
El cambio de foco de los hoteleros de La Romana-Bayahíbe frente a los cambios del mercado internacional representa una apuesta estratégica. Al colocar su mirada en el turista estadounidense y fortalecer su conectividad, demuestran su capacidad de resiliencia y el interés por mantener una oferta sostenible pese a los retos que enfrenta.
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